Vuelta al trabajo con las pilas… ¿recargadas?

11 April 2012
¿Te sientes triste, decaído o apático? ¿Sufres de insomnio, dolores musculares, náuseas o taquicardias? Si padeces estos síntomas tras la vuelta al trabajo, puede que estés bajo los efectos de lo que se conoce como el síndrome postvacacional, que aunque no está catalogado como enfermedad, es un problema que afecta a cada vez más personas.

Si quisiéramos dar una definición exacta de esta afección ésta podría considerarse como un trastorno que suele afectar a personas jóvenes, menores de 40 o 45 años, que experimentan una ruptura brusca del ritmo vacacional incorporándose al trabajo sin transición alguna. Suele presentarse igualmente en aquellos que tienden a idealizar el periodo de vacaciones como la culminación de su bienestar personal.

También son propensos a padecer este síndrome los que presentan de forma habitual malestar con su trabajo y en la actividad laboral cotidiana y los afectados por el síndrome de burn out (“quemados”), que tienen problemas de agotamiento o desencanto con el trabajo que realizan.

Este trastorno tiene una duración aproximada de dos semanas y genera en el afectado tristeza, decaimiento, astenia, apatía, irritabilidad, ansiedad, insomnio, dolores musculares, tensión, problemas digestivos, náuseas, palpitaciones, taquicardias o sensación de ahogo.

La vuelta al trabajo y todo lo que comporta (prisas, cansancio, atascos, ruidos, rutina, estrés, etc.) hace que se dispare el riesgo de sufrir este trastorno que tiene una mayor incidencia en las personas que residen en entornos urbanos. Además, para aquellas personas que eligen el vehículo privado como medio de transporte, el riesgo de estrés se dispara por las desagradables experiencias y la ansiedad asociada de modo inevitable al tráfico rodado de las ciudades (embotellamientos, conducción irrespetuosa o imprudente por parte de otros conductores, posibilidad de sufrir un accidente…etc).

Algunos expertos recomiendan reservar al menos dos días del final de las vacaciones como periodo de adaptación antes de la incorporación al trabajo y, en el caso de que sea posible, se aconseja regular progresivamente la intensidad de la actividad que se realiza en el trabajo y dormir más horas en los primeros días tras la incorporación. La utilización del transporte colectivo, también puede ayudar a la minimización de los síntomas, ya que durante el trayecto el usuario puede desconectar y refugiarse en distracciones como la lectura, la música o los videojuegos.

En ocasiones el síndrome postvacacional se plantea como una invención propia de los tiempos en los que vivimos, ya que hace 100 años no se padecía ni conocía la palabra estrés y sus síntomas. Con el paso de los años y la mejora de la calidad de vida, el ser humano ha sabido adaptarse a las nuevas condiciones de vida y ha modificado sus necesidades de forma que el descanso (las vacaciones) ha ocupado un lugar preferente en la
jerarquía de las necesidades.

Related news

TOP