Cada 22 de diciembre, España amanece con un sonido reconocible incluso a kilómetros de distancia: el canto de los niños de San Ildefonso anunciando los primeros premios de la Lotería de Navidad. Es un día que muchos consideran el verdadero pistoletazo de salida de los días fuertes de las fiestas. Aunque las luces ya brillen desde semanas antes y los turrones lleven tiempo en las estanterías, el Sorteo Extraordinario tiene algo especial: marca el inicio emocional de la Navidad.
Un sorteo con más de dos siglos de historia
La Lotería de Navidad es mucho más antigua de lo que parece. Su origen se remonta a 1812, en plena Guerra de la Independencia, cuando se creó como un sistema para recaudar fondos sin aumentar los impuestos. Aquel primer sorteo se celebró en Cádiz y tenía un objetivo puramente práctico… pero acabó convirtiéndose en una tradición profundamente arraigada.
No fue hasta 1892 cuando adoptó oficialmente el nombre de Sorteo de Navidad. Desde entonces, ha acompañado a generaciones enteras, convirtiéndose en una tradición casi ritual que une a familias, oficinas, barrios y ciudades enteras.
Los niños de San Ildefonso: la banda sonora
Hablar de la Lotería de Navidad es hablar de las voces de los niños y niñas de la Residencia-Internado de San Ildefonso que participan en el sorteo. Al principio cantaban los números para otros sorteos de la época, y con el tiempo su presencia se volvió imprescindible.
Su preparación comienza semanas antes: se entrenan para mantener el ritmo, vocalizar correctamente y cantar durante horas. Sus voces son parte de nuestra memoria colectiva; basta oír el primer “miiiiil euros” para que el país entero sepa que la mañana del 22 ha comenzado.
Curiosidades de un sorteo único en el mundo
El Sorteo de Navidad está repleto de detalles que lo hacen especial. Uno de ellos es el funcionamiento de los dos bombos, uno para los números y otro para los premios. Dentro del mayor, el de los números, se introducen 100.000 bolas idénticas en peso, tamaño y material. Cada bola está fabricada en madera de boj y grabada con láser para garantizar una precisión absoluta.
La revisión del día 21 es otro momento clave: se comprueba una por una la correcta numeración de todas las bolas. Si alguna estuviera defectuosa, se sustituye antes del sorteo.
¿Y qué ocurre si una bola se atasca? Está previsto. En ese caso, se detiene el proceso, se extrae la bola obstruida y se continúa sin alterar la validez del sorteo.
También hay hitos históricos curiosos:
- La primera retransmisión televisada fue en 1957.
- Hay años en que el Gordo ha tardado horas en salir, manteniendo al país entero pendiente de la pantalla. El más tardío desde que hay registros (1993) fue en 2023, año en el que tuvimos que esperar hasta las 13:17h para conocer el número agraciado.
- Aunque no existe una “ciudad más afortunada”, Madrid, Barcelona y Valencia destacan por haber repartido el primer premio en numerosas ocasiones, algo lógico por el volumen de ventas.
Tradiciones populares y pequeños rituales compartidos
El sorteo no es solo números: es una costumbre social que forma parte de la Navidad española. Comprar un décimo en la oficina, compartir participaciones con la familia o intercambiar números entre amigos son gestos que muchos repiten cada año.
También abundan pequeñas supersticiones: comprar lotería durante un viaje, elegir números que “tienen historia”, o frotar el décimo en algún punto considerado de buena suerte. Son rituales que, aunque no cambien las probabilidades, sí alimentan la ilusión colectiva.
Otra tradición es escuchar el sorteo en el trabajo o mientras se desayuna. Es una mañana distinta: suena la radio, alguien comenta que “ya ha salido un quinto”, otro revisa su número… y así, poco a poco, el país entra de lleno en el espíritu navideño.
El inicio de unos días especiales
El 22 de diciembre es, para muchos, el día que abre oficialmente la puerta a encuentros, preparativos, comidas en familia y viajes que empiezan a intensificarse. Desde Metro Ligero Oeste, también vivimos ese ambiente: usuarios escuchando el sorteo en el móvil, compartiendo la emoción del momento o intercambiando impresiones mientras se desplazan.
Sea con suerte o sin ella, la Lotería de Navidad sigue recordándonos algo importante: que las fiestas ya están aquí. Y nosotros estaremos, como siempre, acompañando tus trayectos en estos días tan señalados. ¿Preparado para brindar por lo que viene?
