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El otoño es una de las mejores épocas para redescubrir la Comunidad de Madrid: temperaturas suaves, paisajes teñidos de tonos dorados y el encanto de los pueblos que conservan su historia y su ritmo pausado. Entre ellos destacan las siete Villas de Madrid, una red de destinos con gran valor patrimonial y cultural. Hoy te proponemos cinco de ellas que merece la pena visitar en esta estación.
Famosa por su Plaza Mayor porticada y su ambiente castizo, Chinchón es una escapada imprescindible. Sus calles empedradas, las fachadas de balcones verdes y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, con un cuadro de Goya en su interior, convierten cada paseo en un viaje en el tiempo. En otoño, además, la villa se llena de aromas a anís y asados tradicionales. Perfecta para disfrutar de un almuerzo tranquilo con vistas a la plaza.

Ubicada en pleno Valle del Lozoya, Rascafría es una de las villas más bellas de la Sierra Norte de Madrid. Rodeada de bosques que se tiñen de ocres y dorados, ofrece un entorno ideal para los amantes de la naturaleza. El Monasterio de El Paular, las rutas por el Bosque Finlandés o el Puente del Perdón son paradas obligatorias en esta época del año, cuando los caminos se cubren de hojas y el aire huele a pino y tierra húmeda.
Patones de Arriba es uno de esos lugares que parecen salidos de un cuento. Sus casas de pizarra negra, su trazado empedrado y su ubicación en plena Sierra Norte lo convierten en un destino perfecto para perderse una mañana de otoño. Además de pasear entre sus callejuelas, puedes aprovechar para visitar el cercano Pontón de la Oliva o disfrutar de la gastronomía de la zona en alguno de sus pequeños restaurantes.

Rodeada por el río Lozoya y protegida por una muralla medieval casi intacta, Buitrago del Lozoya parece detenida en el tiempo. Su casco antiguo y su castillo son imprescindibles. El otoño le sienta especialmente bien: el reflejo de los árboles sobre el agua y el aire fresco de la sierra hacen que cada rincón cobre vida propia.
A solo unos kilómetros de Aranjuez, Colmenar de Oreja destaca por su impresionante plaza Mayor porticada y su tradición alfarera. Este pueblo es, además, un buen lugar para disfrutar del vino y la gastronomía local, con platos de caza y guisos típicos del otoño madrileño.
Estas villas son solo una muestra de la riqueza cultural y natural que ofrece la Comunidad de Madrid. Pequeños tesoros ideales para una escapada de un día o un fin de semana.
En Metro Ligero Oeste nos encanta inspirarte para seguir descubriendo Madrid en cualquier época del año. Porque viajar cerca también puede ser una gran aventura.
